La caries dental es una enfermedad multifactorial de origen bacteriano y depende sobre todo de los alimentos que comemos. Cuando las bacterias que viven en nuestra boca entran en contacto con hidratos de carbono (básicamente azúcares y harinas refinadas), se alimentan de ellos y de ese proceso resultan unos desechos ácidos que atacan la superficie del diente, dando comienzo al proceso de aparición de caries.
Pero sí frutas, zumos naturales, lácteos, hortalizas y tubérculos contienen azúcares naturales. ¿Debemos eliminar estos alimentos de nuestra dieta?
La respuesta es negativa, estos alimentos contienen azúcares naturales necesarios para una dieta equilibrada y un correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Y ¿bollos, refrescos, comidas procesadas y ultraprocesadas?
Estos, en general, contienen azúcares añadidos, mucho más nocivos y no necesarios para una dieta equilibrada. Todos estos, debemos consumirlos en la menor cantidad posible.
Lo fundamental es identificar el tipo de azúcares que contienen los alimentos, conocer sus efectos nocivos y aprender a minimizar los riesgos con las pautas adecuadas.
Esta enfermedad se combate con tres líneas principales de actuación:
- No tomar azúcares y harinas refinadas en exceso y evitarlas entre comidas; Es más nociva la frecuencia que la cantidad.
- Cepillar los dientes como mínimo 2 veces al día durante 2 minutos cada vez; y mejor si podemos hacerlo 20 minutos después de cada comida.
- Utilizar siempre dentífricos y colutorios con flúor.
Es casi inevitable que en los dientes se produzcan pequeñas lesiones de caries, pero si se siguen estos consejos la mayoría no progresan y se detienen. Sin embargo, cuando una lesión avanza e invade el interior de diente, es necesario recurrir a lo que coloquialmente llamamos hacer un empaste. Sólo empastar (obturar), las cavidades de caries, no resuelve el problema, lo alivia, pero no lo resuelve.
El equipo de profesionales de la clínica Sánchez Cortés está a tu disposición para responder cualquier duda y ofrecerte consejo.